miércoles, 29 de octubre de 2008

REVELACIONES DE UNA REINA


Ningún periodista ha tenido jamás el acceso de Pilar Urbano a la Reina. Hace 13 años escribió el primer gran libro sobre ella, después de año y medio de conversaciones. Ahora ha vuelto a palacio para escribir la segunda parte. Mientras la ultíma, Pilar Urbano nos adelanta lo mejor de esas conversaciones en la in-timidad. Así fue la conversación entre Pilar Urbano y su editor cuando éste le encargó el libro sobre Doña Sofía; una biografía autorizada que hace 13 años se convirtió en éxito de ventas e hito informativo. Contra todo pronóstico, la Reina accedió a ser entrevistada por la periodista durante año y medio. De aquello salió una amistad que le ha permitido volver ahora a la Zarzuela para escribir la segunda parte, una actualización de estos años «de bodas, bautizos y comuniones». Conversaciones íntimas a lo largo de tres meses.

XLSemanal. ¿Cuál fue su primera impresión al conocer a la Reina? Pilar Urbano. Una mano muy fuerte, poderosa y una voz acuencada, como si saliese de un cuenco de madera, muy bien entonada. Eso es lo primero que me llamó la atención. Entonces, hace 13 años, me advirtieron: «La Reina es desconcertante e igual un día haces algo que no le gusta y, aunque no te diga nada, luego pide que no vuelvas más». Cada vez que me despedía, me decía: «Encantada, adiós». Y yo pensaba, ya no me vuelve a llamar. Porque decía «adiós», como si me echase. La diferencia ahora es que han pasado muchos años. Mira, con el primer libro, el Día de la Madre hicimos una venta muy buena en Alcampo y la llamé y le dije: «Hemos ganado a la ropa interior». Y me dice: «¿Cómo?». Y le explico que en los Alcampo –le tuve que explicar qué era Alcampo, claro– ese día los hombres suelen comprar lencería para sus señoras. Que prefiriesen el libro de la Reina era fantástico. Y ella se reía. Se había hecho una relación entre nosotras.
XL. Y cuando la llama para proponerle un nuevo libro supongo que era evidente que tocaba hablar de Letizia...
P.U. La otra vez, la Reina me hablaba de «él: Juanito, el Rey». Él, él, él, todo era él. Ahora, el tema ha sido «ella», pero ella no es Sofía, es Letizia, la Princesa. A la Reina la he visto, como te diría, promocionando el futuro, un futuro monárquico nuevo.
XL. ¿Pero es que ella cree que necesita promoción la Corona?
P.U. Ella avala a Letizia. Todas las realezas europeas –y no es un complot– tienen una necesidad sentida de socializar la monarquía, de plebeyizarla.
XL. ¿Eso son palabras de la Reina: «Plebeyizar la monarquía»?
P.U. Sí, sí, sí. Y además con muy buenos ejemplos de reinas, ya reinantes, que son plebeyas y están dando un gran resultado. Habla de Silvia de Suecia, azafata, no lo olvidemos, y de Désirée Bernadotte, antes que ella. ¿Qué pasó en Suecia? Nada.
XL. ¿Qué ventaja ve la Reina en plebeyizar la monarquía?
P.U. Que eso dura. Hay que desacralizarla, dice. En realidad usa una frase adaptada de un dicho inglés [el inglés sigue siendo la lengua en la que la Reina piensa y sueña] que quiere decir que el verdadero monarca no puede estar siempre en la pompa encerrado en su palacio, ni siempre en vaqueros en la calle. Pero, insiste, hay que bajar, estar con la gente. Y cuando yo hablo con la Reina, no hablo sólo con la esposa de Don Juan Carlos, sino con un miembro del grupo Bilderberg, es decir, que tiene a su disposición la máxima información mundial, global.
XL. ¿Es la Reina miembro del Club Bilderberg? [Un grupo de destacadas personalidades del mundo empresarial, académico y político que se reúnen anualmente en secreto y cuya extrema discreción ha dado lugar a numerosas teorías conspiratorias]
P.U. Ella dice: «Soy invitada». ¡Ya, hombre, pero invitada a todas las reuniones desde 1988! Ella sabe que hay fotos de ella saliendo de las reuniones. Y hablan desde del precio del petróleo hasta de China.
XL. ¿Cómo es la relación de los Reyes, especialmente la del Rey, con su nuera?
P.U. Ella no me dice nunca que el Rey no se lleve bien con Letizia. Me asegura que no hubo reticencias. Mira, por abreviar, te cuento varias escenas. Me dice la Reina: «Es verano, estamos en Palma y, a la hora del café, Felipe mira el reloj y dice: `Me voy a ver el telediario de las 3´. Y al día siguiente: `Me voy a ver el telediario´. Y al día siguiente, otra vez. Y yo pensé: `¿Qué tendrá el telediario de las 3?´. Y me voy con él. Y, claro, en verano, noticias de poca importancia, nada. Lo único que no variaba era la chica, la locutora. Y él comentaba: `Es guapa, tiene estilo, lo hace muy bien…´. Siguiente escena: «Un día me dice: `Mamá, estoy enamorado. De Letizia, la periodista. Es la mujer de mi vida.´ `¿La mujer de tu vida?´, le pregunto. `Es que he pensado casarme´. `¿Casarte? Eso es para toda la vida´, le digo. ¡Yo no sabía nada, más que que era la chica mona del telediario de las 3! Y él me dice: `Claro, es que eso es lo que quiero, que sea para toda la vida´. `Piénsatelo´, le digo. Y entonces él me empieza a hablar de ella y termina:
Mamá estoy seguro que lo hará bién".
XLsemanal 26 de octubre .

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