miércoles, 29 de abril de 2009

SUEÑOS QUE SE VIVEN


Nostalgia



Virginia se dispuso a dormir. Saboreó el placer del raso cayendo en cascada. Se deleitó con unas gotas de perfume y se tendió en la cama, disfrutando la ceremonia casi religiosamente. Apagó la luz.
De inmediato trató de dormir, pero el sueño estaba indeciso aquella noche.

Como ya sabemos, cuando el sueño se niega, aparecen los pensamientos.
Virginia trataba de auyentarlos. El día de mañana tendría que levantarse temprano. Trató, cerrando los ojos de concentrarse en algún ejercicio de yoga. No lo consiguió. Finalmente recurrió a lo más fácil, bebió un sorbo de agua junto a la pastillita color naranja. En pocos minutos estaba dormida.
Soñó con Julián, recordando cuando fueron juntos a pasar unos días en la playa y después de cenar leían, un poco cada uno y sintió el abrazo de la mirada de él, mientras ella elevaba los ojos en algún punto y aparte.
La mirada de Julián, era como un tibio abrazo y también un fuego que la envolvía.
Luego de ese mágico momento de lectura, juntos, se iban a la cama.
Sus cuerpos parecían hechos el uno a la medida del otro, cóncavo y convexo y dormían arropados por el sonido de las olas.

La radiodespertador comenzó a soltar voces. Hora de levantarse. Virginia extendió su brazo, bajo la sábana hacia el costado izquierdo de su amplia cama. Estaba tibio aún.

María del Carmen Castro

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