sábado, 25 de octubre de 2008

UNA PARADA




Hoy el cielo me acompañó, si, lloro, he llorado tanto a la hora de la despedida, parece ser que todas las lágrimas que yo tenía en mi garganta aguantando para no llorar, lloró el cielo, me hizo un guiño.
Si, hoy hubo una despedida, un adiós sin hasta luego, si, hoy hubo un abrazo de despedida, mientras yo ponía canciones para que él entienda lo que quiero decir, pero las letras se han ido entre una palabra hablada y otra escuchada.
Una despedida sin vuelta, una despedida de un te quiero, de amaneceres que no hemos compartido, un trén, un reloj que marca la hora de salida. Entonces comprendí que por más que yo insista en decir "te echo de menos " no voy a conseguir de él, volveré.

Somos aves, pájaros heridos que solo quieren volar y volar y volar y dejar huellas.
La vuelta de tren a casa me acompañó el sol, ya os digo que hoy me acompañó el cielo, que mandó al sol, entonces me acordé de mi frase; con las despedidas vienen otros encuentros, a veces iguales otras distintas pero siempre hay un nuevo encuentro. Sonreí. ¿quien puede saber mejor que el cielo?

Libremente puedo volar, él puede volar, ya hay distancia, pero me entró una sensación, que en este amor se puede volar libremente. Que solo a través de este amor tan libre pude llegar a mi paz.
"Me quedo con el regalo, le dejo libre, y le bendigo.
Adiós Amigo, ha sido un placer tenerte aquí."

Publicado por:
El piano huérfano (BLOG) 10:59 46 comentarios:

Sábado 18 de octubre de 2008

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