
Mudanza
Mudar: Irse una persona de un lugar que estaba establecido a otro.
Cambiar: Poner algo de manera distinta a como era o estaba.
Cambio: Hecho o efecto de cambiar.
Mudar o Cambiar: qué y por qué?. De casa o del Yo?
Será que las mudanzas encierran todas estas cuestiones (o quizás más) de cada uno de los ambulantes como yo, que hoy cuento con un hándicap de 9 ó 10 mudanzas y 60 años de vida. Interesante no? Querés saber? .........................
Indudablemente hay que estar muy loco, muy confundido y muy convencido que esa es la manera. De qué?, escapar, no saber, no mirar, vaya ud. a saber. Con un poco de suerte lograré algún día, (si no lo sé ya) realmente de qué y por qué.
En mi caso las tres opciones me llevaron a hacer y deshacer tantas cajas, andar y desandar tantos caminos.
Algo estaba mal en mi interior que no encontraba la forma de solución, sino cargando un flete con mis cosas, las que en un principio fueron muchas y por ultimo entraban en una simple mini furgoneta.
En un principio recurrí a la lástima, de los demás y de mi misma. No se de donde ni como ni quien me hizo ver que ese no era el camino. Hoy lo confirmo cuando la señora Mirta Legrand arenga “Como te ven te tratan y si te ven mal te maltratan” Rápido a hacer un cursillo de autoestima, llenarme de libros de Loisa .... Igualmente el monstruo interior me decía: “tenés que irte”.
PRIMERA: 9 años, el que decidió por mi fue mi padre, bien que hizo, cambio el conventillo de Dock Sud por una linda casita de material con todas sus dependencias, en Wilde .Me adapte, me gustó, era bueno para mi crecimiento de niña un lugar con calles sin asfalto, con zanjas donde escurría el agua de toda la casa, árboles, unos terrenos cerca de casa al que llamábamos “el campito” Propiedades de vaya a saber quien. Pero para nosotros (mis hermanos y los amigos que pronto hice) era como tocar el cielo con las manos, eramos libres.
SEGUNDA: 21 años primera vez, primer cambio, me enmancipé, me casé , el lugar: los fondos de la casa de Wilde. Todo era ilusión. Todo era nuevo. Todo brillaba. En esa mí etapa era “El lugar”, “EL nido”, allí nacieron Hernán y Sergio. Departamentito añorado hoy a la distancia, es como el vientre de mi madre. Todo allí fue felicidad.
TERCERA: No parar, todo debía continuar...
31 años, un día que paseaba por el barrio, apareció ante mis ojos el cartel de Se Vende, era esa¡¡¡ mi nueva casa. Costó mucho convencer al santo, pero el dinero que había de diferencia entre el dpto. y La Casa, lo consiguió. Moquié bastante para convencerlo, no se animaba pero...se animó. Fuimos re-felices en La Casa hasta esa mañana del 12 de diciembre de 1984 donde apareció mi suegro a decirme que El Santo, mi Santo estaba mal.
La veleta de nuestras vidas siempre apuntaba al norte esa mañana de golpe viró al sur.
Comienza la rueda loca, el no saber qué hacer y hacer obligatoriamente todo lo que sí y lo que no, prohibido estancarse, hacer, hacer, hacer.
CUARTA: Hernán y Sergio ya estaban con su mayoría de edad y nada funcionaba como debía funcionar.
Amenacé con dejar LA CASA, se rieron. La próxima vez no amenacé lo concreté.
El lugar elegido para empezar a conocerme y dejar que se conocieran fue El Departamentito de Avellaneda, solo a 30 cuadras de LA CASA.
Pasé tres años allí, lo que dura un contrato, y decidí la....
QUINTA: Florencio Varela sin escalas (detrás de un amor). Seguían las frustraciones y cada día me conocía menos. No alcanzaba La Paz soñada y fui por la..
SEXTA: Otra vez en La Casa, cuantos recuerdo, cuanta emoción, nada era igual, (los chicos habían crecido) a mi modo de ver y el de todo el entorno, a los ponchazos, de prepo, casi despóticamente, obligatoriamente como en la milicia. Me sentí peor. La Casa estaba destruida, mensaje mafioso dirían los cronistas policíacos. Lo bueno, si algo bueno podía sacarse de semejante huracán era que los niños (ya hombres casi) estaban volando solos, no supe enseñarles de otra forma, fue esa y la única posibilidad que tuvieron.
SÉPTIMA: A esta altura y después de tanto camión, cajas, valijas, cajones, ropas, vajillas, zapatos yyyyyyy me ví que me estaba yendo otra vez (enamorada). Era el y era allí donde debía ir. Eso creí.
No dejé LA CASA, (algo había aprendido) la alquilé por dos años.
Detalles más detalles menos, me vi en la ruta 3 otra vez con mis petates y mi incertidumbre a cuesta. Ahora ya no eran 30 cuadras eran 600 kilometros.
En esta si que la vida me mostró de todo, me humilló hasta las fibras más intimas de mi ser.
OCTAVA: En esta humilde casita (prestada) me ví compensada de tanto dolor con los amigos que ese lugar me dio y compartieron conmigo lo poco o mucho que tenían, al punto de despojarse, si era preciso de lo suyo para verme feliz.
Conocí, vi, gocé de lo más puro de la naturaleza. El calor abrasador, el frío entumecedor, el tiempo, las horas, los minutos, el campo, las flores, el aire, las nubes, el mar, la gente y yo por sobre todo yo, ahí estaba, aprendiendo a esperar, esperar el momento de volver a LA CASA.
NOVENA: Estoy en casa, SI¡¡¡ La Casa, me siento mejor, no se si feliz, porque es de a ratos el sentimiento de felicidad. Pero aplomada, tranquila, por el momento sin ninguna MUDANZA a la vista.
Autora: María del carmen Gattorossi
Mudar: Irse una persona de un lugar que estaba establecido a otro.
Cambiar: Poner algo de manera distinta a como era o estaba.
Cambio: Hecho o efecto de cambiar.
Mudar o Cambiar: qué y por qué?. De casa o del Yo?
Será que las mudanzas encierran todas estas cuestiones (o quizás más) de cada uno de los ambulantes como yo, que hoy cuento con un hándicap de 9 ó 10 mudanzas y 60 años de vida. Interesante no? Querés saber? .........................
Indudablemente hay que estar muy loco, muy confundido y muy convencido que esa es la manera. De qué?, escapar, no saber, no mirar, vaya ud. a saber. Con un poco de suerte lograré algún día, (si no lo sé ya) realmente de qué y por qué.
En mi caso las tres opciones me llevaron a hacer y deshacer tantas cajas, andar y desandar tantos caminos.
Algo estaba mal en mi interior que no encontraba la forma de solución, sino cargando un flete con mis cosas, las que en un principio fueron muchas y por ultimo entraban en una simple mini furgoneta.
En un principio recurrí a la lástima, de los demás y de mi misma. No se de donde ni como ni quien me hizo ver que ese no era el camino. Hoy lo confirmo cuando la señora Mirta Legrand arenga “Como te ven te tratan y si te ven mal te maltratan” Rápido a hacer un cursillo de autoestima, llenarme de libros de Loisa .... Igualmente el monstruo interior me decía: “tenés que irte”.
PRIMERA: 9 años, el que decidió por mi fue mi padre, bien que hizo, cambio el conventillo de Dock Sud por una linda casita de material con todas sus dependencias, en Wilde .Me adapte, me gustó, era bueno para mi crecimiento de niña un lugar con calles sin asfalto, con zanjas donde escurría el agua de toda la casa, árboles, unos terrenos cerca de casa al que llamábamos “el campito” Propiedades de vaya a saber quien. Pero para nosotros (mis hermanos y los amigos que pronto hice) era como tocar el cielo con las manos, eramos libres.
SEGUNDA: 21 años primera vez, primer cambio, me enmancipé, me casé , el lugar: los fondos de la casa de Wilde. Todo era ilusión. Todo era nuevo. Todo brillaba. En esa mí etapa era “El lugar”, “EL nido”, allí nacieron Hernán y Sergio. Departamentito añorado hoy a la distancia, es como el vientre de mi madre. Todo allí fue felicidad.
TERCERA: No parar, todo debía continuar...
31 años, un día que paseaba por el barrio, apareció ante mis ojos el cartel de Se Vende, era esa¡¡¡ mi nueva casa. Costó mucho convencer al santo, pero el dinero que había de diferencia entre el dpto. y La Casa, lo consiguió. Moquié bastante para convencerlo, no se animaba pero...se animó. Fuimos re-felices en La Casa hasta esa mañana del 12 de diciembre de 1984 donde apareció mi suegro a decirme que El Santo, mi Santo estaba mal.
La veleta de nuestras vidas siempre apuntaba al norte esa mañana de golpe viró al sur.
Comienza la rueda loca, el no saber qué hacer y hacer obligatoriamente todo lo que sí y lo que no, prohibido estancarse, hacer, hacer, hacer.
CUARTA: Hernán y Sergio ya estaban con su mayoría de edad y nada funcionaba como debía funcionar.
Amenacé con dejar LA CASA, se rieron. La próxima vez no amenacé lo concreté.
El lugar elegido para empezar a conocerme y dejar que se conocieran fue El Departamentito de Avellaneda, solo a 30 cuadras de LA CASA.
Pasé tres años allí, lo que dura un contrato, y decidí la....
QUINTA: Florencio Varela sin escalas (detrás de un amor). Seguían las frustraciones y cada día me conocía menos. No alcanzaba La Paz soñada y fui por la..
SEXTA: Otra vez en La Casa, cuantos recuerdo, cuanta emoción, nada era igual, (los chicos habían crecido) a mi modo de ver y el de todo el entorno, a los ponchazos, de prepo, casi despóticamente, obligatoriamente como en la milicia. Me sentí peor. La Casa estaba destruida, mensaje mafioso dirían los cronistas policíacos. Lo bueno, si algo bueno podía sacarse de semejante huracán era que los niños (ya hombres casi) estaban volando solos, no supe enseñarles de otra forma, fue esa y la única posibilidad que tuvieron.
SÉPTIMA: A esta altura y después de tanto camión, cajas, valijas, cajones, ropas, vajillas, zapatos yyyyyyy me ví que me estaba yendo otra vez (enamorada). Era el y era allí donde debía ir. Eso creí.
No dejé LA CASA, (algo había aprendido) la alquilé por dos años.
Detalles más detalles menos, me vi en la ruta 3 otra vez con mis petates y mi incertidumbre a cuesta. Ahora ya no eran 30 cuadras eran 600 kilometros.
En esta si que la vida me mostró de todo, me humilló hasta las fibras más intimas de mi ser.
OCTAVA: En esta humilde casita (prestada) me ví compensada de tanto dolor con los amigos que ese lugar me dio y compartieron conmigo lo poco o mucho que tenían, al punto de despojarse, si era preciso de lo suyo para verme feliz.
Conocí, vi, gocé de lo más puro de la naturaleza. El calor abrasador, el frío entumecedor, el tiempo, las horas, los minutos, el campo, las flores, el aire, las nubes, el mar, la gente y yo por sobre todo yo, ahí estaba, aprendiendo a esperar, esperar el momento de volver a LA CASA.
NOVENA: Estoy en casa, SI¡¡¡ La Casa, me siento mejor, no se si feliz, porque es de a ratos el sentimiento de felicidad. Pero aplomada, tranquila, por el momento sin ninguna MUDANZA a la vista.
Autora: María del carmen Gattorossi
No hay comentarios:
Publicar un comentario