Mi nombre es María Consuelo Castaño Blanco y soy docente del Colegio San Ignacio de Wilde.
Quiero agradecer el interés que hay por promover en las escuelas la enseñanza del Ajedrez.
Mi experiencia de haber iniciado en mi Colegio la práctica del Ajedrez en el horario de los recreos, partió hace más de dos años desde el día en que un padre se atrasó en retirar a su hijo y viendo la angustia del niño de ocho años, se me ocurrió sacar un ajedrez que tenía guardado en mi escritorio.
El alumno jugaba muy bien. Le había enseñado su abuelo. Fue tal el entusiasmo de ambos que cuando llegó el padre, se quejó de que llegara tan rápido.
Al día siguiente corrió el rumor en toda la escuela sobre su jugada con la Vicedirectora y el ajedrez escondido en el escritorio.
A partir de allí todos los recreos venían alumnos a reclamar un ajedrez, por lo cual tuvimos que comprar varios ajedreces para que jugaran en los recreos.
Un día se me ocurrió la idea de pasar por todas las aulas y averiguar cuantos alumnos sabían jugar al ajedrez. Finalmente armamos un concurso interno de ajedrez entre todos los alumnos del nivel Primario.
El premio consistía a elegir: un libro o un ajedrez. Pero sólo lograban el premio si después de jugar con todos sus compañeros el vencedor jugaba con la Vicedirectora y le ganaba.
La experiencia fue muy movilizadora, porque llegó la noticia a las familias y padres y abuelos se pusieron a jugar otra vez al ajedrez para que su hijo o nieto fuera el ganador.
No sólo fue una experiencia que permitió comunicarse más a nivel familiar, sino que para mi sorpresa y la de muchas docentes alumnos que tenían un bajo nivel de aprendizaje pasaron a la ronda final entre los ganadores.
También cambió la imagen del alumno de que el docente es siempre el ganador y el del conocimiento perfecto. El aprendizaje se logra entre todos y es mucho mejor cuando hay entusiasmo y mucha comunicación con la comunidad.
La jugada final entre el alumno ganador y la Vicedirectora, fue observada en total silencio por los demás alumnos ganadores de cada sección.
Por supuesto en el primer concurso la Vicedirectora perdió, pero con mucha altura.
Muchas gracias a todos por este espacio y no quiero terminar sin decir que mi mayor interés es que el ajedrez llegue a los alumnos de muy bajos recursos.
María Consuelo Castaño Blanco
Quiero agradecer el interés que hay por promover en las escuelas la enseñanza del Ajedrez.
Mi experiencia de haber iniciado en mi Colegio la práctica del Ajedrez en el horario de los recreos, partió hace más de dos años desde el día en que un padre se atrasó en retirar a su hijo y viendo la angustia del niño de ocho años, se me ocurrió sacar un ajedrez que tenía guardado en mi escritorio.
El alumno jugaba muy bien. Le había enseñado su abuelo. Fue tal el entusiasmo de ambos que cuando llegó el padre, se quejó de que llegara tan rápido.
Al día siguiente corrió el rumor en toda la escuela sobre su jugada con la Vicedirectora y el ajedrez escondido en el escritorio.
A partir de allí todos los recreos venían alumnos a reclamar un ajedrez, por lo cual tuvimos que comprar varios ajedreces para que jugaran en los recreos.
Un día se me ocurrió la idea de pasar por todas las aulas y averiguar cuantos alumnos sabían jugar al ajedrez. Finalmente armamos un concurso interno de ajedrez entre todos los alumnos del nivel Primario.
El premio consistía a elegir: un libro o un ajedrez. Pero sólo lograban el premio si después de jugar con todos sus compañeros el vencedor jugaba con la Vicedirectora y le ganaba.
La experiencia fue muy movilizadora, porque llegó la noticia a las familias y padres y abuelos se pusieron a jugar otra vez al ajedrez para que su hijo o nieto fuera el ganador.
No sólo fue una experiencia que permitió comunicarse más a nivel familiar, sino que para mi sorpresa y la de muchas docentes alumnos que tenían un bajo nivel de aprendizaje pasaron a la ronda final entre los ganadores.
También cambió la imagen del alumno de que el docente es siempre el ganador y el del conocimiento perfecto. El aprendizaje se logra entre todos y es mucho mejor cuando hay entusiasmo y mucha comunicación con la comunidad.
La jugada final entre el alumno ganador y la Vicedirectora, fue observada en total silencio por los demás alumnos ganadores de cada sección.
Por supuesto en el primer concurso la Vicedirectora perdió, pero con mucha altura.
Muchas gracias a todos por este espacio y no quiero terminar sin decir que mi mayor interés es que el ajedrez llegue a los alumnos de muy bajos recursos.
María Consuelo Castaño Blanco
Esta mujer es mi amiga, y fue maestra de mis hijos. Este testimonio sería algo más si ella no hubiese sido alguien que perdió a su marido una mañana cuando iba a su trabajo,desaparecido por la dictadura de entonces y luego por la noche sacada ella de su casa encapuchada, sin saber que pasaría con sus tres pequeñas hijas y encarcelada durante cuatro años. Luego puesta en libertad, ya que Felipe Gonzalez dijo "yo no voy a la Argentina mientras un solo español sea prisionero político".
Despues de tan terrible experiencia siguió ejerciendo como maestra y así la conocí.
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